1.1 - Maltrato y su huella invisible. Introducción

                                   

   Siento una gran responsabilidad con este tema: El maltrato de guante blanco, el que no deja huella...y es este el motivo por el que creo este blog. Si consigo dar un poco de luz en este camino de tinieblas a las personas que estén pasando por este infierno, habrá merecido la pena.
   

   Personas enfermas durante toda su vida o bastantes años, sin que nadie detecte nada, y lo peor, ni ellas mismas. Parejas en las que uno de los dos está muerto psíquicamente y el otro pasa inmune por la vida e incluso oímos decir "¡qué bueno/a es!".

Niños y niñas en manos de personas que se "encargan de su educación" y que son auténticos asesinos psíquicos, (con o sin intención, eso da igual, lo importante es la VÍCTIMA), porque los depredadores o maltratadores psicológicos se defienden muy bien. 

   El maltratador psicológico, al que nos referimos, no es ningún enfermo, es UNA FORMA DE SER.

   Querido lector: No esperes verte reflejado/a en los ejemplos que aparecen en este blog (si es que estás pasando por este infierno), esto es algo que repetiré muchísimas veces porque se que tu autoestima está bajo tierra y a la mínima que CREAS no identificarte, vas a pensar que, como siempre, la culpa es tuya.  Cada depredador se manifiesta de una forma, cada uno tiene su personalidad, las conductas no son las mismas (1.3). Sin embargo, el denominador común es, hacerse con el poder en la relación, de una forma u otra, descalificando los intereses, la iniciativa, las acciones y la creatividad de su víctima, utilizando sus propias herramientas: si es muy hábil con el lenguaje, utilizando la ironía, los juegos de palabras, etc, etc. 
He visto muchísimas veces, artículos sobre maltrato psicológico cargados de ejemplos y esto no beneficia en absoluto a las víctimas, al revés, las confunde mucho más. 

En el caso de las relaciones de pareja, cuando éstas se convierten en asimétricas, pueden repercutir en nuestra autoestima, convirtiéndonos en personas dependientes emocionalmente, incapaces de ver objetivamente, qué tipo de relación hemos establecido y si realmente nos hace feliz.

La pareja, en este caso, vive en dos realidades distintas:  uno de ellos bajo la realidad del "poder sobre el otro" y el otro en la realidad de la igualdad, el crecimiento conjunto, el respeto..." 

Es muy habitual confundir el control, los celos, el chantaje emocional… y otras conductas de poder, con el amor. Nada puede justificar este tipo de conductas, ya que, las relaciones afectivas o de pareja son de “igual” a “igual”, y basadas en el respeto.

Llamamos por tanto maltrato psicológico a la creación de una situación habitual estresante y destructiva cargada de inestabilidad emocional que no permite a la persona sometida a la misma, el libre desarrollo de su personalidad. En definitiva, pudiendo tomar forma a través de acoso, presión, humillación, explotación,…(ABIERTO O ENCUBIERTO) con el propósito de controlar su conducta y satisfacer sus propias demandas, aunque esto no sea reconocido como tal ni por quien lo comete ni por la propia víctima .

Cuando una persona tiene interiorizada una relación de poder, junto con baja autoestima, inseguridad emocional, modelos permisivos como la opresión, etc., puede recurrir al maltrato psicológico de su compañero/a  para sentirse capaz de controlar a alguien y demostrar su “superioridad” a costa de todo.

Pero ¡cuidado!, aunque entendamos y comprendamos a las personas que nos han hecho tanto daño, NO significa que tengamos que justificar su maltrato. ¡Basta ya de empatía mal entendida! 

  Una sana empatía, nos permite colocarnos en el lugar del otro, pero no me quedo permanentemente en el mundo emocional del otro. Comprendo determinadas actitudes pero no me coloco en su "radio de tiro", porque la caridad y comprensión, empiezan por mí y lo primero, lo saludable para todos, incluso para la persona que no nos trata bien, es el alejamiento, no reforzando de esta forma sus actitudes negativas y porque además sirve de ejemplo para otras personas de tu entorno, hijos...

¡Cuántas lágrimas, cuánta vergüenza, cuánto miedo! 

Querida víctima, te mando toda mi fuerza estés donde estés . Es un proceso muy largo, con muchas contradicciones. Cariño, el amor no duele. Se que estás anestesiada y que dudas de lo que estás viviendo y de lo que sientes. Rodéate de buenos profesionales, especialistas en este tipo de violencia. Cualquier psicólogo o psiquiatra no es lo adecuado.
¡Mucha fuerza! Conseguirás ENCONTRARTE E INTERPRETAR TODO POR LO QUE HAS PASADO.